miércoles, 3 de febrero de 2016

PALABRAS

¿No tenemos suficiente con haber tenido dos guerras mundiales?
¿Nunca aprendimos? ¿Lo fingimos? Me da asco estar en un mundo que parece no haber sufrido.
Que está cansado, malherido, abrumándose entre escombros, apoyándose en sus propios hombros, a destajo, sin desparpajo, abriéndose camino entre la sociedad anónima que te saluda por la mañana, y luego te traiciona por la espalda.


Estoy cansado de tantos actos repetidos.
Mira tú, esto todos los días es un "déjà vu", un túnel sin final al que todavía no vemos la luz.
Parece una tortura cuando pones las noticias: un bombardeo a un hospital, un atraco a mano armada, un asesinato por venganza, un corrupto que niega la realidad, una persona depresiva que atenta contra la humanidad, un sistema dictatorial y cobarde que excede, contra el más pobre.

Sigo hasta terminar la puñetera lista, sigo hasta el infinito y más allá. Sigo hasta donde la razón ya toca el último escalón, por debajo del sótano, más profundo que el núcleo de nuestra querida Tierra.
Prosigo sin descanso por un mundo sin destino, donde la inteligencia parece haber huido, aunque yo mantenga la esperanza que me haga batallar contra los más ineptos súbditos de este sistema absurdo.

Veo, que mientras unos se pelean por tener una bandera u otra, porque su himno tenga o no letra, o por tener en el gobierno a un presidente o a un monarca, yo solo quiero una cosa: quiero una bandera blanca tan alta alzada que devuelva la sangre a los asesinados en Gaza, en Palestina, en Siria, en Nigeria, en Angola, en Arabia, en Nicaragua, en Honduras, en Egipto y en todos los países que siguen llenos de conflictos. Quiero un himno lleno de silencio para recordar a los que se fueron por ser simplemente humanos. Quiero un rugido fuerte y limpio para conmemorar las víctimas de las incongruencias y las incoherencias.


Porque la verdad, amigos míos, la verdad es que aún, por más que pienso que este planeta no es para mí, por más que digo que el ser humano es una especie irracionalmente irremediable, nunca me doy por vencido. Siempre lucho, siempre obro en honor a mis antepasados, los que hicieron de mí, y de todo, algo menos animal y más humano.


Si, llamadme raro, extraño, bizarro, soy un bicho en un mundo de dinosaurios, porque al final, solo yo sobrevivo.

Tengo las ideas claras, guardo la calma, desenfundo mis bengalas y las lanzo para que alumbren a los hipócritas que se lavan las manos con la sangre de refugiados, con los restos de intelectuales carbonizados por ser un peligro para el orden del sistema, con las grasas que los indigentes no ganan porque hay una cosa llamada "desigualdad", o porque existe un concepto utópico que pocos creen en él: 

se llama paz.

Paz como ausencia de conflictos, de odio, de guerras, de hambrunas, de idioteces, de memeces, de estupideces, de actividades dementes y egoístas que buscan hacer de este lugar algo más surrealista.

Paz como conjunto de pensamientos racionales, de cooperación, de armonía entre opiniones, de libertad, de igualdad, de dignidad. De lo que verdaderamente representa a una sociedad.

Y eso es lo que resguardo, lo intento mantener a salvo y me dejaría asesinar por algo tan apreciado, aunque tenga una forma peculiar de combatirlo.

Siempre defenderé la lucha no armada, la resistencia, la independencia individual, la individualización de los individuos, la oposición crítica hacia los actos mal cometidos.

Eternamente defenderé la guerra, pero no la violenta.
Hasta el fin de los tiempos estaré a favor de aplastar al que oprime, al que abusa, al que es irracional y gracias a ello nos quiere destruir nuestra historia y nuestra libertad universal.

A él hay que enseñarle lo que es una buena batalla. Lo que amparo es el empleo de la intelectualidad contra esos alimañanas, idiotas sin cerebro que prefieren hipnotizar a hacer pensar. Un tumulto de incongruentes seres que demuestran su destreza, con certeza, en el arte de partir piernas.

Perpetuamente utilizaré palabras, frases y verdades vivas contra innumerables mentiras.

Paz para aquellos que desean la guerra, guerra para los que quieran traer la paz.



La conciencia es el mayor acto violento que uno puede hacer para obtener un mayor control, posesión, poder y contacto, mientras que otros se frustran por tener helicópteros, ametralladoras y fusiles de asalto.






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