martes, 16 de febrero de 2016

Un 14 de febrero

Experiencia personal sobre un tema,
de imponentes capas de pintura,
de hipocresía alzada sobre el alma,
que toca el corazón de las personas.

San Valentín, jodido día, 
sobre todo para los pobres.
Los carentes, no de riqueza,
sino de amor sobre los hombres.



Ella me miraba perpleja,
le encantaba lo que veía,
un móvil nuevo para ella, de su pareja,
de su media naranja.
Era la demostración de la pasión,
que abrió su corazón, sin razón,
sin temer, la falta de expresión.

Me decía que era precioso,
majestuoso, esplendoroso.
Yo no, sino su smartphone nuevo,
porque yo de este sentimiento, ya no bebo.

Me daba recompensas, 
me hacía el amor entre las sábanas,
porque la hice feliz, quizás,
con un presente material.

"Cuánto te quiero", me decía.
Aún recuerdo esos mensajes de texto que dejaba.
Ninguna vez al oído me lo dijo,
me quejo porque necesitaba esa mano,
que me guiara por la vida cual faro.

Novios vía Internet, parece.
Ya nada es como antes, todo decrece.
Mi sangre sigue corriendo, hirviendo,
pero en mis órganos no está fluyendo.

Y qué casualidad, que con ese aparato,
que yo le dí, como muestra de afecto,
ahora con él me controla, sin defecto.
A todas horas me habla, para saber de su siervo.

Somos esclavos, del destino,
de la soledad, del amor, del ritmo.
Somos esclavos de la tecnología, y del materialismo.
Le ponemos precio a los sentimientos, 
aunque, nunca, nunca consigamos verlos.

A todas horas me pregunta: 
"Cari, ¿dónde estás?
Yo estoy viviendo, joder, 
pero eso no quiere decir que deje de quererte.
No quiere decir de deje de pensar en amarte,
no quiere decir que esté con otra,
solo que me apetece obtener cosas nuevas.

Cada vez aumenta, el amor,
 como sinónimo de rendido y cautivado.
Por cada día que pasa, lo más perdido
es la motivación, que parece haberse ido.

Me hallo asolado, desamparado,
 sin abrigo ni ningún cobijo.
No quiere que tenga amigos. Me rindo.
Creeré que ella es todo lo que necesito.
Mi mundo y mi risa, eres la precisa flor,
que decidí cuidar en el jardín del amor.

Aunque la riegue con "buenas noches",
y "buenos días" de sms.
Aunque en mi mano posea, la alta ciencia.
aquella a la que le entrego mi libertad, para luego arrebatármela.

Aunque nunca haya viajado con ella,
nunca haya conocido mundo por tierra.
A pesar de rellenar álbumes enteros de fotos,
de nosotros mirando a una cámara, y no el uno al otro.

Mas esas tardes esperando solo a que pasasen las horas,
para luego poder verte cómo miras con esos ojos una pantalla.
Ciego me quedo, pero no de la ternura del amor,
sino porque, gracias a esta gran tecnología, cada vez veo peor.

A pesar de todo eso, la amo.
Estamos en un mundo lleno de fallos,
de falsos, de hipócritas bien entrenados.
Lo malo es que aumentan según crezcamos.
"No quiero hacerme más mayor", digo aterrado.
Síndrome de Peter Pan es lo que ahora tengo.

Un 14 de febrero que llama,
un sentimiento que cuelga,
una llama de fuego que se apaga,
cada vez que queréis regalo en vez de caricia,
cada vez que ansiáis textos en vez de besos,
cada vez que preferís fotos antes que sexo.






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